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sábado, 3 de septiembre de 2022

LOS MAYORES 9: el colectivo más discriminado

 




LOS MAYORES 9: el colectivo más discriminado


Entendiendo el contexto

El hecho de pertenecer a un grupo da lugar a que los demás nos perciban de una manera determinada y a un trato diferenciado por parte de estos. La percepción que tenemos de los grupos a los que no pertenecemos, y que es la que origina este trato diferenciado, la sustentamos, en muchas ocasiones,  en prejuicios y estereotipos que nos llevan a tratarlos de forma discriminatoria. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el edadismo se refiere a la forma de pensar -estereotipos-, sentir -prejuicios- y actuar -discriminación- con respecto a los demás o a nosotros mismos por razón de la edad. El edadismo  está muy extendido en toda la población del planeta tierra, pues se aplica tanto a las mujeres como a los hombres si bien es verdad que con mucha  más intensidad a las mujeres.

Hay toda una retahíla de -¿insultos?- añadidos que componen el estereotipo con que muchas personas perciben a los pertenecientes a la población de los mayores: carcamal, añejo,  senil, caduco, decrépito, vejestorio, carroza, nonagenario, octogenario, ochentón, chocho, matusalén, añoso, arcaico, asilado,  caduco, veterano, vetusto, envejecido, longevo, senil, setentón, vejestorio… 

Es la forma más sibilina de condicionar  e impedir a las personas que llegan a ella, el disfrutar de una vejez activa y gratificante que es el objetivo que me guía a la hora de escribir esta segunda tanda de artículos sobre los mayores.

 

La utilización de las palabras tiene connotaciones. El lenguaje tiene un significado que sobrepasa al significado literal de las palabras. Con la connotación añadimos, a la palabra o a la frase, un significado diferente al suyo propio. Así, por ejemplo, muchas personas hacen un uso extenso de las connotaciones peyorativas. Valga como ejemplo, ajustado a lo que estamos tratando hoy,   el siguiente: “A la vejez, se acorta el dormir y se alarga el gruñir”.

 

Lo grave de todo esto, es que en contra de lo que pensábamos antes,  de que los humanos como seres lingüísticos utilizábamos el lenguaje de forma pasiva para describir la realidad, para hablar sobre las cosas, para describir el mundo exterior que percibimos y expresar lo que pensamos y sentimos en nuestro mundo interior, hoy en día al lenguaje se le atribuye una función generativa, es decir, el lenguaje hace que sucedan cosas.

 

"El lenguaje, por lo tanto, no solo nos permite describir la realidad, el lenguaje crea realidades. La realidad no siempre precede al lenguaje, éste también precede a la realidad. El lenguaje, postulamos, genera ser”. [1]

 La cosa no acaba aquí. Debemos tener en cuenta que “lo social”, lo construimos los humanos a través del lenguaje, que todo hecho social es un fenómeno lingüístico.La manipulación mediática del lenguaje no solo se manifiesta en el neo lenguaje orwelliano.[2]

Si quieres profundizar en este tema te invito a leer y reflexionar:

 LA CORROSIÓN  DEL LENGUAJE

https://neuroforma.blogspot.com/2017/01/la-corrosion-lenguaje-sinconciencia.html


Desarrollo del artículo

“En la naturaleza no hay ni vejez ni decrepitud: solo hay plenitud o muerte. Una gacela que no sea capaz de correr a 95 Km por hora, si solo es capaz de ir a 90, su primer depredador del que escape le produce la muerte. Nadie llega a viejo salvo las especies domesticadas, entre ellas los humanos”. [2]

 La afirmación de arriba la hace, en el libro que menciono abajo en las referencias bibliográficas, Juan Luis Arsuaga, catedrático de Paleontología. El otro autor del libro, Juan José Millás,  le pregunta:                                                                                                              - ¿La decrepitud asociada a la vejez es un producto de la cultura?                                            - Tú verás, le responde Arsuaga

La gacela de la que nos habla Arsuaga se juega la vida. El constructo social y cultural que las personas de nuestra época actual  se han formado sobre la vejez, considerándola como decadencia,  decrepitud y humanos inservibles, es la forma más sibilina de condicionar  e impedir a las personas que llegan a ella, el disfrutar de una vejez activa y gratificante que es el objetivo que me guía a la hora de escribir esta segunda tanda de artículos sobre los mayores. Los epítetos que menciono más arriba, en el apartado de entendiendo el contexto, son potentes fuerzas que derriban la autoestima que cualquier persona. La percepción social de los viejos como seres debilitados cognitivamente – yo-  y físicamente – cuerpo- es un atentado a  su  autoestima,  la cual opera directamente sobre un potente término de la Psicología – “Indefensión aprendida”- y a su vez sobre otro dramático término de la sociología  -“Anticipación social de la muerte”-. Hacer una idea falsa de la vejez compuesta a través de prejuicios y estereotipos es una agresión a la identidad social de los viejos. No todos los viejos son vulnerables, dependientes, inútiles, etc. Todo ello conduce a que muchos que aún no llegaron a la vejez ya empiecen e tenerle miedo a esta. La gerontofobia  está más extendida de lo que creemos.

“La gerontofobia puede llegar a ser un mal de nuestra sociedad. El notable aumento de expectativa de vida no ha eliminado el miedo a envejecer. El rechazo a los ancianos y que no se implementen políticas específicas para ellos, no contribuye a la normalización de un hecho inevitable como es el de hacerse viejo. El miedo a envejecer uno mismo puede llevar al rechazo de los que ya son viejos. La gerontofobia es una reacción irracional que puede llevar a  actitudes poco éticas con las personas mayores, al desprecio e incluso al maltrato o agresión”. [4]



 Un  dramático  caso de Discriminación de los mayores   

 “A mediados de marzo de 2020, los mayores quedaron atrapados en las residencias. El coronavirus comienza a aniquilarlos por miles, pero no hay espacio para ellos en los hospitales de Madrid porque las autoridades han recomendado a los médicos reservar las camas para el resto de la población. En una pequeña sala de un hospital a las afueras un grupo de médicos piensa que esta decisión es horrible y prepara una respuesta. Este relato periodístico indaga en el dolor de los afectados y muestra, con material inédito, la actuación de los políticos que estaban al mando durante aquellos días”

https://elpais.com/especiales/2021/covid-19-en-las-residencias-de-ancianos/

Puedes escucharlo  también en tu móvil aquí: Podium Podcast - Apple Podcast - Google Podcast - Spotify - Youtube - RSS

 Sin la  ética del cuidado volvemos a las cavernas

La ética del cuidado, del cuidado de uno mismo, autocuidado, y del cuidado de los demás,  se fundamenta en la responsabilidad. La  responsabilidad se fundamenta en el concepto de libertad, la cual nos proporciona  la posibilidad de elegir hacerse cargo del resultado de nuestras decisiones tomadas, acciones llevadas a cabo y de las consecuencias que se derivan de las mismas.

 Vivimos en una sociedad en la que somos interdependientes:                                          yo dependo de ti y tú dependes de mí.

La ética del cuidado va más allá del “toma y daca” en el que tenemos basado,  por ejemplo,  el pilar de la Equidad: “tanto me más,  tanto de doy”; el intercambio no está determinado por lo que alguien dio, sino por lo que alguien necesita en una situación determinada y en el  deber  universal.

“Hace unos días escuché, en un podcast, lo siguiente: “Limpiar un culo es la actividad más ingrata del mundo”. Y lo peor no es de quien venía semejante afirmación (y el hecho de que tenga miles de seguidores), sino el contenido de la misma.

Lo que para algunos es “limpiar un culo”, para otros es una tarea más de nuestro trabajo. Y esto no lo escribo porque sea enfermera. Lo escribo porque no se trata de “limpiar un culo”, señores. Es tener un poco de humanidad. Se trata de cuidar, de dar confort al otro, de ser las manos y los ojos del que no puede. Porque a todos nos gustaría que cuidasen de nosotros. ¿O no es así? ¿Qué valores estamos dejando? Mis abuelos cuidaron de sus padres, hasta el final. He visto a mis padres cuidar de los suyos, también hasta el final. Y me asusta pensar que el “cuidar” esté pasando de moda. Sólo espero que a aquellos que opinan que “limpiar un culo” es ingrato, nunca se lo tengan que limpiar.”

Judit Caballero Linares [5]




Para cumplir con el objetivo que me he marcado en  esta segunda tanda de artículos sobre los mayores voy acabar con lo siguiente:

Un gratificante  ejemplo de optimismo funcional:

 


Tenemos  magníficos  ejemplos en el día a día, debido a la pandemia del coronavirus. Ejemplos de cómo nos cuidamos de nosotros mismos respetando las normas de confinamiento que los profesionales de la salud nos marcan. Ejemplos de cómo cuidamos de los demás respetando las distancias, etc., para no infectarlos. Ejemplo paradigmático de cuidado de los demás que nos han  dado todos los profesionales de la salud haciendo durante días y noches  un sobreesfuerzo con total entrega y dedicación.


Si quieres profundizar en este tema te invito a leer y, sobre todo, reflexionar:

El pilar del  CUIDADO

https://draft.blogger.com/blog/post/edit/8615013334320974582/3037712878605047999

“La visión del mundo en 2022, proceda de un nonagenario o de un veinteañero , es en cualquier caso una información fugaz puesto que en muy poco tiempo se han de ver las cosas de otra manera. Pero eso no tiene importancia porque aquí no se quiere describir el mundo “como es” sino dar cuenta de “como es visto” y esto es un dato histórico que identifica a una generación”[6]


HERRAMIENTAS PARA EL DESARROLLO DEL OPTIMISMO FUNCIONAL: 



1. Mirando hacia atrás: Sitúate en una edad de 90 años. Mira hacia atrás 

¿Qué cambiarías?

 ¿Qué harías que no hiciste?

 ¿Qué no harías que hiciste?

¿Cómo entenderías a esa edad lo que es vivir? 

¿Le encuentras sentido  a tu vida?



Tal vez eches de menos no haber puesto más en juego tus recursos personales y haberte arriesgado más.

2. Mirando hacia delante: 

Después del ejercicio anterior, piensa en lo que vas a hacer para que cuando llegues a los 90 años, no te arrepientas.


  

 

 

Referencias Bibliográficas

[1Echeverría, Rafael.: Ontología del lenguaje. Buenos Aires, Granice, 2006

[2] (Toledano Buendía, S. (2006). La neo lengua de Orwell en la prensa actual. La literatura profetiza la manipulación mediática del lenguaje. Revista Latina de Comunicación Social, 62. http://www.ull.es/publicaciones/latina/200601toledano.htm

[3] Millás, JJ y Arsuaga.: “La muerte contada por un sapiens  a un neandertal”, Penguín Random House Grupo Editorial., 2022, p. 47

[4] https://www.inforesidencias.com/contenidos/noticias/nacional/la-gerontofobia-puede-llegar-a-ser-un-mal-de-nuestra-sociedad#:~:text=El%20miedo%20a%20envejecer%20uno,incluso%20al%20maltrato%20o%20agresi%C3%B3n.

[5]https://elpais.com/opinion/2022-08-29/tener-un-poco-de-humanidad.html?fbclid=IwAR1Sn4pLWW9U4T1IULGKb87omzbgBG6GshALICj64Nw5OCdIS44tKbaWJDU

[6] Nieto, A.: “El mundo visto a los 90 años”, Editorial Comares., 2022


 

sábado, 10 de marzo de 2018

LOS MAYORES 2. LA PESADILLA DE LAS PENSIONES







LA PESADILLA DE LAS PENSIONES

 Nota: Escribí este artículo en el año 2014. Fue publicado en diferentes medios. Hoy lo incluyo aquí dado que está de plena actualidad y cumpliendose, en una gran medida,  todo lo que se afirmaba entonces

Opiniones


Todos opinan sobre las pensiones,  excepto los que las sufren debido al pobre   nivel de subsistencia que permiten mantener a la mayoría de las personas que las cobran.

Por la forma de opinar  de algunos, desde afuera,  por los que no las sufren, parece como que a los que las cobran se las regalaran. Se les escapa el hecho de que algunos cotizaron durante 40 años, mes a mes, un importe considerable ganándose, ampliamente,  el derecho a cobrarlas. 

Da la impresión de que estamos 100 años atrás y de nuevo hay que reivindicar el derecho a tener derechos.

Una persona sensata, cuenta, para organizar su vida, con las leyes existentes y planifica  su futura  economía priorizando y contando con  cobrar una pensión determinada, para lo cual, su empresa o él mismo pagan mes a mes una determinada cantidad de euros.

 Así, pagando “religiosamente”  mes a mes,  durante años y años, con suerte  llega el día en que le toca ya no pagar sino cobrar lo pactado. Pero resulta que en estos tiempos,  ahora, que le toca a la parte que recibió el  pago “religiosamente”, mes a mes, pagar a ella, nos viene con falacias que pretende cuelen como argumentos lógicos y con manifestaciones que son, sencillamente, impresentables: que si no hay dinero, que si los ingresos a la seguridad social no llegan, que sí… 

¿Y para esto tenemos políticos que nos cuestan un dineral? Si gestionáramos nuestra casa como los políticos gestionan los bienes públicos, esto sería una anarquía, no habría sociedad que resistiese.

Dado que todos los recursos son limitados es necesario priorizar. Cómo prioriza un  gobierno es un indicativo fiable y significativo de sus inquietudes

Cualquier gobierno decente priorizaría antes que nada las pensiones de unos ciudadanos que se la han ganado a pulso.

Si en un país se rompe la seguridad jurídica deja de ser un país fiable. Si la rompe  con los más vulnerables,  nos encontramos ante un sadismo manifiesto. A sus habitantes no les quedará más opción que, antes o después, ¡echarse al monte!
  
Datos

Vamos con los datos. Lo anterior son opiniones, por lo tanto, cuestionables. Alguien, con todo el derecho puede opinar de forma diferente. Pero vamos a los datos.
¿Cómo se puede vender a alguien que con el sistema que se ha aprobado  no se pierde poder adquisitivo en las pensiones? ¿Una persona sensata puede creer que es capaz de convencer a alguien con estos argumentos? No, sencillamente no, salvo que crea que está hablándole a un imbécil, término poco científico pero gráfico para que podamos entendernos. “El tonto más absoluto es el que cree que los demás son tontos”.

Según se puede ver en las tablas 1 y 2 que se adjuntan, suponiendo que una persona se jubile en el año 2015 con la pensión mínima establecida (782,86 €), tal y como se aprobó  por este gobierno, la van asubir, al margen que cual sea el coste real de la vida, del IPC, un 0,25%.
 



 















De seguir así  las cosas, con el incremento anual del 0,25 %, y suponiendo un IPC medio anual del 3% (es probable que a corto y largo plazo sea todavía mayor) cada año las pensiones van perdiendo poder adquisitivo hasta convertirse en 20 años, cuando la persona que se jubila ahora tenga 85 años, en 822,94 € cuando la real, para seguir manteniendo el mismo poder de compra debería ser 1.413,91 (casi la mitad)
















En las tablas 3 y 4 se hace el mismo cálculo pero referido ahora a la pensión máxima.
Como puede apreciarse, en 20 años pasa de los 2.560,88 € mensuales actuales, a los 2.625,23 € mensuales en el año 2035 que la persona tendrá 85 años, cuando lo real, para seguir manteniendo el mismo poder adquisitivo que en estos momentos es que fueran 4.625,23 € mensuales. 

















Repito de nuevo la pregunta: 
¿Cómo se puede "vender" a alguien que con el sistema que se ha aprobado  no se pierde poder adquisitivo en las pensiones? 

¿Habrá alguien que “comulgue” con los argumentos que nos hacen? 


Hay que volver al sistema anterior: revalorización en función del IPC.

Acciones

Ante esto lo único que escuchamos son lamentos tras lamento…
Frank Schirrmacher en su libro titulado "El compló de Matusalén", nos habla de un experimento en el que se concluye que “… el lenguaje incapacitador en la vejez provoca una incapacidad en la persona en la vejez.” Hoy sabemos que el lenguaje no solamente describe la realidad, ¡crea realidad!

¿De qué nos vale haber aumentado la esperanza de vida biológica si estamos condenados a la muerte social? La guerra generacional que nos espera entre los que alimentan y los alimentados (así, con este pragmatismo es como se está empezando a considerar la vejez y jubilación), hará en muchos casos real un viejo fenómeno que la sociología llamó "anticipación social de la muerte".

También la psicología tiene un término  muy potente: “indefensión aprendida”. El meter a alguien entre la espada y la pared sin dejarle  otra opción, es propio de perversos.  La vejez tiene, como todos sabemos,  menos opciones. De los tres futuros que los humanos tenemos: futuro probable  o muy probable,  futuro menos probable pero posible y, finalmente, futuro imposible, los acontecimientos que podemos ubicar en este último son cada día más en las personas mayores.No se puede permitir que metan la mano en las pensiones de unos ciudadanos honrados mientras ellos, los políticos, siguen con unos privilegios de “casta política”
   

Ya es hora de hacer algo, de dejar de lamentarse  y preocuparse y pasar a ocuparse.  De momento (¿por cuánto tiempo?) nos queda la fuerza de nuestro voto como colectivo.